Gaceta Electoral del Instituto Electoral del Estado de México, núm. 9

Autores/as

Instituto Electoral del Estado de México (varios autores)

Palabras clave:

Elecciones, violencia política, Reformas electorales, violencia en razón de género

Sinopsis

El avance hacia una democracia plena y representativa exige un compromiso decidido con la equidad de género. En el número nueve de esta Gaceta Electoral del Instituto Electoral del Estado de México abordamos un tema crucial: la construcción de un entorno inclusivo y seguro donde todas las mujeres puedan ejercer plenamente sus derechos político-electorales. Si bien la presencia de mujeres en los espacios de poder es un mandato constitucional y un deber ético, también representa una condición esencial para la transformación socio-cultural que nuestro país necesita.

En esta edición, la Consejera Paula Melgarejo Salgado contribuyó con un artículo coyuntural y necesario sobre la violencia política en entornos digitales, en donde sostiene que el camino hacia el ideal de la igualdad de género todavía presenta desafíos importantes. La violencia referida, desincentiva la participación de las mujeres en la esfera pública y perpetúa las estructuras que fomentan la desigualdad en la toma de decisiones. No olvidemos que construir entornos digitales seguros es una responsabilidad compartida entre plataformas, gobiernos y ciudadanía, que exige políticas efectivas y una cultura de respeto.

Frente a esta problemática social, solo un esfuerzo colectivo puede garantizar que los avances en la participación de las mujeres no se vean limitados por un entorno incoherente con sus anhelos y objetivos. En este sentido, el registro estatal de personas sancionadas en materia de violencia política, explicado por el Secretario Ejecutivo, Francisco Javier López Corral, se presenta como una herramienta clave. La implementación del Registro Nacional y Estatal de Personas Sancionadas por Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género constituye un avance significativo en la lucha por visibilizar y erradicar estas prácticas. Estas herramientas no solo evidencian a las personas responsables, sino que también actúan como mecanismos de prevención al establecer consecuencias claras para quienes incurren en dichas conductas. Sin embargo, su efectividad depende de un seguimiento constante, una coordinación interinstitucional efectiva y una sólida base jurídica que permita consolidar estos esfuerzos como pilares de una democracia incluyente.

No puedo omitir referirme a las reformas electorales recientes, discutidas en esta edición bajo un análisis inclusivo. Las modificaciones normativas han sido un motor clave para la transición de un sistema político hegemónico hacia una democracia más plural y competitiva. Desde los primeros pasos con las diputaciones de partido en 1963 hasta la consolidación del Instituto Nacional Electoral (INE) en 2014, cada modificación ha respondido a los desafíos y demandas político-sociales del momento. Aquí también se enmarca la reflexión final del artículo “Mi sección electoral”, en donde Ranulfo Flores recuerda los avances que hemos tenido en nuestros protocolos de inclusión en las casillas.

Estas transformaciones han buscado garantizar procesos más equitativos, fortalecer la autonomía de las autoridades electorales y ampliar la representación política. Pero este camino no ha estado exento de retrocesos y críticas, lo que subraya la necesidad de mantener un marco legal dinámico que se adapte a las exigencias de una ciudadanía en constante evolución. La construcción de un entorno inclusivo y seguro para las mujeres en la política no es tarea de un solo día ni de una sola institución. Es un desafío que necesita de todas las personas: desde los partidos políticos hasta la ciudadanía en general.

Es importante referirme al artículo del arquitecto Juan José Matías Hernández, en donde cuenta su historia en el Instituto. Con 24 años como servidor público electoral, narra cómo estas instalaciones, que él mismo recibió, lo han visto crecer personal y profesionalmente. Es emocionante leer sus reflexiones y planes para nuestra institución.

Una democracia inclusiva requiere de todos y todas: necesitamos voluntad política, legislación efectiva y ciudadanía activa. Pero, sobre todo, es imperativo un cambio cultural profundo que reconozca a las mujeres como protagonistas indispensables de la vida pública. En este número, las voces de quienes escriben invitan a reflexionar y a actuar. La democracia no puede existir sin igualdad y ésta, a su vez, no puede ser plena sin un compromiso colectivo por erradicar todas las formas de violencia que afectan a las mujeres en la política.

Construyamos un México en donde ninguna mujer tema alzar la voz, participar y liderar. Construyamos una democracia de y para todas las personas.

Descargas

Publicado

enero 6, 2025

Licencia

Creative Commons License

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0.